Al escuchar la puerta el supervisor corrió hacia ella, cuando abrió se encontró con Berena, completamente entera que le tendía el paquete, se contuvo de abrazarla o decirle cualquier palabra afectiva, tomó el paquete y le dijo aquella frase que ya era tan común entre ellos dos.
-Descansa mensajera, tu trabajo fue bien hecho-
Berena agradeció que le diera el descanso diario y se retiró hasta la habitación donde dormía en la empresa.
El supervisor cerró la puerta y sopesó el paquete que tenía, pensó inicialmente que quizás había mandado a aquel P-Mensajero para que lo asesinara ya que ella todavía no había matado a nadie. Al instante recordó que este debía llevarle un mensaje al gobernador, chequeó en su sistema y vio que el paquete había sido entregado. No dudó ni un segundo más, rompió el papel que envolvía el mensaje que el gobernador le había dado a Berena, y adentro había un dispositivo que solo había visto en prototipos aunque nunca se había puesto a pensar por qué lo necesitarían. Eran dos placas de Zinc recubierto, unidas por un resorte que a simple vista no tenían nada de extraño, la “magia” de ese aparato se hallaba en el recubrimiento que tenía el zinc, allí una serie de metales preciosos se hallaban en una combinación única, generando un pequeño campo electromagnético gracias a una tensión dada con una batería. El resultado era que el alejador de los U-Mensajeros inutilizaba a quien lo llevaba, obviamente no con la muerte que solía brindar, pero con una especie de coma que duraba aproximadamente dos horas dependiendo el cuerpo y luego aquella persona podía volver a trabajar normalmente.
-¿Por qué hizo esto? ¿Qué manía tiene este hombre con hacer cosas raras?- Se preguntó Tireno y pensó que la respuesta no se haría esperar tanto.
Lo cierto era que jamás la conocería.
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Por tercera vez la pantalla se apagó y esta vez su padre lo miró fijo, ya sin el ensoñamiento que lo caracterizaba, ni siquiera preguntó, simplemente esperó a que le contestara.
-Ella se fue, sin siquiera despedirse, lo dejó después de todos los cuidados que él le brindó- Su cara permanecía roja en la mejilla que consecutivamente le había golpeado su padre- ni siquiera una nota.- Sabía que su padre quería escuchar eso, él creía que aquel hombre que la había ayudado no necesitaba una despedida e incluso por el sonido del violín seguramente estaba tan cerca que podría haberla frenado en su afán de escaparse. Su padre culpaba a la máquina que le había enseñado por que no lo había podido decir antes, él se lo agradecía.
-Por fin, no podía creer que un hijo que nació de mi propia célula tardara tanto en reconocer el comportamiento humano básico, el desagradecimiento y el sinsentido de ayudar a alguien. Por supuesto que él sacó provecho de su DTA, pero ella no lo sabía, ella se fue y aunque este hombre le salvó la vida no le dió nada a cambio-
Lino lo miraba atentamente aunque realmente estaba absorto en sus pensamientos,
-Son cosas que tenés que saber si alguna vez vas a sentarte acá, si vas a tener que dirigir a una cantidad de gente inmensa, si no fuera por mí y por MeISA no habría comunicaciones, la gente tendría que viajar todo el tiempo para dar un mensaje simple, yo soy el que facilita todas las comunicaciones en esta ciudad.
-Quiero hacerte una pregunta papá-
Crecio Marcken parecía confundido, como quien no se espera que lo interrumpan.
-Estuve aprendiendo sobre empresas el otro día, ¿Por qué esta empresa se llama Mensajeros Instantáneos Sociedad Anonima? No es ninguna sociedad anónima, vos tenés el completo control sobre todo y no hay ningún tipo de mercado de acciones hoy en día en la economía actual.-
Su cara permanecía impasible y de pronto comenzó a reír disparatadamente, como si hubiese escuchado el mejor chiste de su vida, como si nada pudiera hacerlo más feliz.
Aún entre risas respondió preguntando
-¿Sabes hace cuanto se fundó esta empresa?-
-No, realmente es otra de las cosas que no figuran en ningún lado-
-Bueno, lo gracioso acá es que yo tampoco lo sé exactamente, pero sí sé en que situación se fundó y más o menos en que año-
-¿Y eso que tiene que ver con lo que te pregunté?- Odiaba cuando su padre se iba por las ramas y no terminaba de responderle lo que en un principio le había preguntado. Lo que pasaba demasiado a menudo.
-Tiene todo que ver, pero por hoy que te alcance con la lección de comportamiento humano en vivo, otro día te voy a poder explicar cómo es que llegamos a donde estamos, y ojalá ahí aprendas mucho mejor que hoy-
Lino dió media vuelta turbado, comenzó a salir y se detuvo antes de cerrar la puerta.
-Adiós papá- Aunque despreciaba algunas cosas de su forma de ser, seguía siendo su padre y lo quería.
-Adiós hijo-
Al cerrarse la puerta decidió que ya había sido mucho por ese día, comenzaba a oscurecer y se dió cuenta lo rápido que había pasado el día. Iba a llamar al supervisor para informarle lo que había pasado y aclararlo, pero prefirió no hacerlo en ese momento, el develar la existencia de su hijo era algo demasiado vital y todavía tenía que probar a aquel hombre un poco más.
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