viernes, 26 de junio de 2015

Capítulo 2

No puede desistir de su trabajo ya que sino moriría de hambre y prefiere que su muerte sea repentina y sin tanto sufrimiento, por eso vive al límite. Escucha mensajes en la calle 1H y 1V y tiene que ir a decirlo a veces hasta la 100H y 100V.
Llega a la 1H y 1V (MeISA) y le dicen que aunque los N-Mensajeros ya llegaron con las órdenes del día hoy, se le encargó un pedido especial y tiene que ir a anunciarle a un empleado administrativo de la empresa que está despedido.
Iluné sabe de quien se trata y principalmente sabe cómo reacciona cuando le dicen algo que no le gusta, protesta pero lo fuerzan así que él comienza su recorrido hasta la casa de Piorel, el empleado.  El día parece burlarse de lo soleado y el viento incluso parece fresco. Toca la puerta, este sale con su prepotencia y lo ve a Iluné encogido ante su sombra.
-¿Que querés -le susurra en voz alta- imbécil?
Iluné no entiende el tono pero sabe que tiene que cumplir su trabajo, no espera más tiempo y lo dice -MeISA me pidió que venga a decirte que no quieren que vayas más al edificio empresarial.- Incluso se siente bastante bien decir este mensaje a aquel hombre que tantas veces lo molestó.
Piorel se queda mirando a la nada, unas lágrimas brotan de sus ojos y cuando se sienta en el piso y se larga a llorar, Iluné puede ver adentro a los 3 nietos que quedaron a su cargo después que su hijo muriera gracias a una U-Mensajera.
Iluné no puede creer que haya pensado que se sentía bien decir eso, se siente que perdió el alma, sabe que no es lo que tiene que hacer pero se sienta al lado de aquel Goliat que hace tanto tiempo lo molestaba y le comparte algunas de sus lágrimas, lloran juntos un tiempo y el semigigante le confiesa que lo sospechaba hace tiempo pero que no lo contratan de ningún lado, que se sentía solo y ahora más que nada le daba mucha pena por sus nietos. Piorel lo invita a quedarse a comer aunque sea hasta la noche por todo lo que pasó y en método de agradecimiento por la tarde pasada. Poniendo en peligro su trabajo aquel mensajero acepta su agradecimiento y la comida. Al terminar de hacer dormir a sus nietos, el recién despedido saca una pequeña botella de licor, guardada hace demasiado tiempo, antes que todo se desequilibrara y la abre para compartirla, toman un vaso cada uno y en ese momento Iluné se da cuenta que se tiene que ir, ya pasó demasiado tiempo sin volver a su casa, y necesita dormir para estar perfecto el siguiente día.
Saluda a su nuevo amigo, le desea suerte y reza una pequeña oración por y con él. La dice de memoria por recuerdos que le llegaron de su abuela que lo cuido por tanto tiempo y que se habia pasado la vida repitiéndole aquellas frases entrelazadas sin sentido para alguien que apenas conocía a quien le hablaban aquellas palabras. Piorel lagrimea pero con una sonrisa lo despide y vuelve a darle las gracias antes que Iluné salga impulsado hacia el cable más cercano. Ya en su casa, no necesita comer y solo duerme.

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