miércoles, 10 de junio de 2015

Capítulo 10

Berena abrió sus ojos por cuarta vez para encontrarse sola y la invadió un leve sentimiento de pena por un momento, descubrió que se podía mover libremente pero decidió quedarse un poco más en aquella cama/camilla que la relajaba y hacía descansar hasta que alguien llegara. Comenzó a oír el lejano sonido de un violín, solía ser un sonido que le traía viejos recuerdos pero este no tocaba largas melancólicas notas, sino entrecortadas y consecutivas, invitándola a revivir desde esa cama, invitándola a pararse y a vivir. Abrió los ojos para encontrarse nuevamente en el remolino pero esta vez no se dejó llevar por la corriente, ni tampoco intentó nadar en dirección contraria. Las aguas comenzaron a moverse al ritmo que su cabeza (el violín) marcaba y con colores que le recordaban sensaciones que otras personas si habían tenido la suerte de vivir. Se sintió reina de las aguas, se sintió una con ellas, y supo en ese momento que estaba lista para seguir adelante, para dejar atrás esa cama que la forzaba a mantenerse cómoda pero inerte.
Se levantó de inmediato de la cama con una creciente energía brotándole en el pecho, tomó el DTA de la mesa, se aseguró su gancho, se acercó a la ventana que tenía cerca, y sin esperar otro instante saltó a la línea cercana para retomar su viaje y entregar el paquete que se le había dado a su Supervisor.

Iluné vio toda esta escena desde una habitación cercana, mientras sostenía el desgastado violín de su padre. Al comienzo pensó en reaccionar y no dejarla ir pero luego se dio cuenta que no tenía sentido, cada uno tenía lo que quería o por lo menos así parecía.

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